martes, 8 de julio de 2008

La Figura Central De La Profecía

Trasfondo Bíblico: Apocalipsis 1:1-20

Verdad Central: Jesucristo es la figura central del plan de Dios y el deseado de la humanidad.

Texto Áureo: Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. Apocalipsis 1:8

Objetivos

1. Darte un repaso a la visión de Juan en lo concerniente al Cristo glorificado.

2. Vivir a la espera del regreso de Cristo y conforme a su santidad.

Bosquejo

I. Maravilloso Salvador

A. La revelación de Jesucristo

B. La gracia y paz de Dios

C. Este mismo Jesús regresará

II. El Hijo del Hombre glorificado

A. Una visión de gloria

B. Sacerdote, Juez y Soberano

III. El Señor eterno

A. El Señor inmutable

B. Orden de escribir

C. La explicación de un misterio

Introducción

El libro de Apocalipsis empieza llamando la atención al hecho de que es una revelación de Jesucristo. El es la persona clave en el libro y la figura central en toda la profecía de la Biblia. Es el Salvador resucitado, el poderoso Conquistador, el que viene y reinará. También es la plena revelación del carácter y la naturaleza del Padre, y especialmente, de su poder y amor; el Hijo del Hombre de la profecía de Daniel 7:13. Juan lo vio vivo en medio de todas las iglesias. El vive hoy esperando que el Padre diga que es la hora para que regrese y cumpla con la promesa del plan de Dios.

Comentario Bíblico

I. Maravilloso Salvador (Apocalipsis 1:1-8)

A. La revelación de Jesucristo

Muchos buscan en el libro de Apocalipsis detalles sobre cosas futuras o información sobre el anticristo, pero el verdadero título del libro se da a conocer en el primer versículo. Es una revelación del Cristo glorificado para conocerlo mejor. También trata de los eventos de los postreros días, pero se enfoca a las cosas que tienen que ver con el regreso de Jesús.

El libro de Apocalipsis tenía un mensaje para las iglesias de fines del primer siglo, porque Jesús dijo que las cosas profetizadas en este libro ocurrirían rápido, sin tardanza. También tiene un mensaje para todas las iglesias, hasta el final de esta era. La bendición es para los que leen, escuchan y guardan el mensaje del libro.

Las bendiciones no son para los lectores casuales, sino para los que por amor a Cristo, obedecen sus mandamientos e instrucciones escritas en este libro.

B. La gracia y paz de Dios

El apóstol Juan escribió el libro de Apocalipsis en forma de carta a las siete iglesias de la provincia romana del Asia Menor occidental. Así como otros escritores del Nuevo Testamento, él los saludó con "gracia" y "paz," haciendo petición al Dios uno y trino de una generosa bendición para ellos.

El libro de Apocalipsis reconoce y destaca la Trinidad desde el principio hasta el fin. Dios el Padre se reconoce primero como el Eterno Dios que es, y que era, y que ha de venir; el Dios que no tiene principio ni fin. De El vienen la gracia y la paz. También vienen del Espíritu Santo, que el versículo 4 llama "los siete espíritus que están delante de su trono".

Pregunta: ¿Qué significan "los siete espíritus"?

Esta es otra forma de referirse a las siete manifestaciones del Espíritu Santo, y a la que Isaías 11:2 profetiza con relación al Mesías. Gracia y paz por medio de la obra del Mesías, el Señor Jesucristo.

Pregunta: ¿Qué destaca la Biblia acerca de Jesús aquí?

La Biblia identifica a Jesús de tres maneras en el versículo 5: Primero, El es el testigo fiel. Declaró o reveló al Padre con su gracia y verdad (Juan 1:14,18); es el verdadero testigo (Juan 5:31-37), pues vino a dar testimonio de la verdad (Juan 18:37), y es el mediador de la plenitud del amor de Dios (Juan 16:27).

Pregunta: ¿Cómo se identifica Jesús con Dios el Padre?

En segundo lugar. Jesús es el primogénito (el que nació primero) de entre los muertos. El primero que resucitó a vida eterna ganando la victoria completa sobre la tumba. "Primogénito" también significa que tiene dominio con el derecho de un heredero al trono. (Vea Salmo 89:20,26,27; Colosenses 1:15-18).

En tercer lugar, Jesús es el "soberano de los reyes de la tierra", porque regresará como Rey de reyes y Señor de señores (1 Timoteo 6:15; Apocalipsis 17:14; 19:16).

Después de reconocer quién es Jesucristo, Juan le elevó su alabanza por su amor, por la limpieza de los pecados, al derramar su sangre, y por hacer a sus discípulos reyes y sacerdotes ante Dios. El propósito de Dios para su pueblo siempre ha sido convertirlos en un reino de sacerdotes (Éxodo 19:4-6; 1 Pedro 2:5,9). La alabanza debe ser gozosa al pensar en esos privilegios. Es por gracia, por medio de la fe, que somos salvos y tenemos entrada a ese sacerdocio real de creyentes. Por medio de Jesús, el Camino nuevo y vivo, podemos entrar en el Lugar Santísimo, hasta la misma presencia del Padre (Hebreos 10:19,20).

Pregunta: ¿Qué ánimo había para las iglesias en este pasaje?

C. Este mismo Jesús regresará

El amor, poder y dominio de Cristo garantizan que cumplirá sus promesas y regresará a la tierra. Esta es la esperanza segura, la bendita esperanza de la Iglesia. Juan escribió a gente que se había vuelto "de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo" (1 Tesalonicenses 1:9,10).

Al regresar Jesús en las nubes se cumplirá lo que dice Daniel 7:13 y también la promesa que Jesús mismo dio (Mateo 26:64). Ese regreso traerá el reino por medio del juicio. Regresará "en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo" (2 Tesalonicenses 1:8).

Todos los verdaderos creyentes estarán con Cristo en ese momento, y compartirán de su triunfo. Por esta razón Juan agrega: "¡Si, es cierto!"

Pregunta: ¿Qué verdad principal acerca de Jesús se demuestra en este pasaje?

La introducción de Apocalipsis termina con un mensaje de Jesús. Lo que se aplicó al Padre en el versículo 4, Jesús se lo aplica a sí mismo. Jesús no sólo es el que viene, sino el Sempiterno, el Alfa y la Omega, el principio y el fin, y por eso no tiene principio ni fin. Regresara a la tierra revelándose como el Todopoderoso, El-Shaddai, el Dios verdadero.

II. El Hijo del Hombre glorificado (Apocalipsis 1:9-16)

A. Una visión de gloria

Juan recibió esta revelación de Jesús cuando estaba prisionero, perseguido y desterrado a causa de su fiel testimonio. Como era un creyente lleno del Espíritu, "estaba en el Espíritu en el día del Señor." Esto puede significar que el Espíritu le dio una visión del futuro enseñándole el día del Señor profetizado en el Antiguo Testamento.

Mientras Juan estaba en el Espíritu, escuchó una gran voz, como de trompeta. La voz se identificó como el mismo del versículo 8, el Alfa y la Omega. El que es primero porque es el más prominente en el plan de Dios. El también es el último porque nadie tomará su lugar. Nadie más será el Rey de reyes y el Señor de señores. Nadie más ocupará su trono, porque El hará que el trono de David sea eterno. El mandó a Juan que escribiera en un libro los mensajes a las siete iglesias de la provincia romana de Asia.

Cuando Juan dio la vuelta vio siete candeleros de oro que representaban a las siete iglesias del Asia occidental. El oro representa a Cristo, porque la Iglesia es el Cuerpo de Cristo. El aceite de oliva que ardía en los candeleros es un símbolo del Espíritu Santo que llena a los creyentes y por medio de ellos esparce la luz de Cristo al mundo entero.

No se concentra la atención en los candeleros ni en las iglesias, sino en Aquel que está de pie en medio de ellos. Las iglesias en los días de Juan tenían que saber que aun en medio de la persecución. Jesús estaba en medio de ellas como su compasivo Sumo Sacerdote y Rey conquistador. Como el Hijo del Hombre, cumpliría la profecía de Daniel de recibir el reino (Daniel 7:13,14).

B. Sacerdote, Juez y Soberano

La descripción de Jesús llama la atención a su dignidad de sacerdote y su oficio real. La túnica larga era como las que usaban los sacerdotes, jueces, gobernadores y reyes. El cinto o la correa de oro puro alrededor del pecho era de realeza triunfante. (Otros usaban un cinto de tela alrededor de la cintura.) Ya es Sacerdote Rey, y está intercediendo por todos ahora mismo delante del trono del Padre (Hebreos 4:14-16; 1 Juan 2:1).

La mayor parte del lenguaje descriptivo de los versículos 14 y 15 viene del Antiguo Testamento, donde se aplica a Dios el Padre. Así que esta descripción de Jesús llama la atención al hecho de que El es la plena revelación del Padre, y que los divinos atributos del Padre también son atributos del Hijo.

En esta descripción, sus brillantes cabellos blancos son símbolos de su absoluta pureza y del esplendor de su santidad. Los pies de bronce bruñido y refinado por el fuego simbolizan la fuerza y también el altar de bronce del tabernáculo, el sacrificio de Cristo en el Calvario y la victoria que obtuvo. Su voz, como el estruendo de muchas aguas, es la voz de Dios (vea Ezequiel 1:24; 43:2), porque en El está la plenitud de la Deidad (Colosenses 2:9). Las siete estrellas probablemente representan a los líderes o los pastores de las siete iglesias de Asia. Ellas están en su mano derecha, la mano de acción, listas para que El las use. La espada aguda es la espada del Espíritu, la Palabra triunfante de Dios (Isaías 11:4; 49:2; Efesios 6:17; Hebreos 4:12; Apocalipsis 19:15). También puede ser la reprensión que Jesús daría a la mayoría de las siete iglesias.

La gloria del rostro de Cristo era como el sol de verano en su brillo del mediodía. Esa gloria era bastante intensa para cegar al apóstol Pablo en el camino a Damasco (Hechos 9:3,8). Pedro, Jacobo y Juan habían captado su vislumbre en el monte de la Transfiguración. Esta plenitud de gloria muestra que Jesús es la plena revelación de Dios, porque El es el único Mediador entre Dios y el hombre. La gloria y la santidad de Cristo también recuerdan la justicia de los creyentes. El cristiano que lucha contra la tentación debe recordar la naturaleza divina del Salvador que vive dentro del creyente.

III. El Señor eterno(Apocalipsis 1:17-20)

A. El Señor Inmutable

La gloria que Juan vio fue la que Jesús tenía con el Padre antes que el mundo fuese creado (Juan 17:5). Juan, Jacobo y Pedro tuvieron una vislumbre de esa gloria en el monte de la Transfiguración (Mateo 17:2). En esa ocasión quedaron asombrados. Esta vez, la magnitud de la gloria era demasiada para él. Por su intensidad quedó postrado ante el Señor.

Pregunta: ¿Qué le aseguró Jesús a Juan?

Jesús lo tocó con la mano derecha, la misma mano que sostenía las siete estrellas. ¡Qué maravillosa paz le dieron las palabras "no temas" a Juan! Jesús también le aseguró que no había cambiado. El es y siempre será el primero y el último, el eterno Señor y Salvador. Jesús también reiteró a Juan que es el mismo Salvador que resucitó de entre los muertos e inspiró la fe de sus discípulos después de sus terribles sufrimientos en la cruz. También se debe tener confianza en El porque vive para siempre.

Pregunta: ¿Qué dice el titulo "el que vivo" acerca de Jesús?

La fe de Juan debe haberse fortalecido puesto que servia al Dios viviente (Josué 3:10; 1 Samuel 17:26,36; 2 Reyes 19:4,16; Salmos 42:2; 84:2; Isaías 37:4,17; Jeremías 10:10; 23:36; Oseas 1:10; Juan 5:26). Jesús es Dios, como también el Padre y el Espíritu Santo son Dios; un Dios en tres Personas.

Pregunta: ¿Qué importancia tiene el hecho de que Jesús tiene las llaves del hades y de la muerte?

Jesús también tiene las llaves del infierno y de la muerte. La palabra infierno en griego es hades. Es el lugar de castigo para los pecadores cuando mueren, hasta que sean juzgados en el juicio del gran trono blanco. En ese momento la muerte y el infierno serán arrojados al lago de fuego.

En el Antiguo Testamento Dios el Padre .tenia las llaves de la muerte y por lo 'tanto del hades (en hebreo Sheol). En el caso de Job vemos que Dios, no Satanás, tenía el control. Satanás sólo tenía la libertad que Dios le daba. Ahora Jesús tiene las llaves, porque el Padre le ha dado todo el poder y la autoridad en el cielo y en la tierra (Mateo 28:18). El está a la diestra de Dios el Padre (Efesios 1:20-22). Nada prevalecerá contra El ni contra su Iglesia (Mateo 16:18).

B. Orden de escribir

El toque de Jesús avivó a Juan. Sus palabras lo animaron, pero Jesús quería hacer mucho más que darle una sensación de bienestar. El tenia un trabajo para Juan. Juan debía escribir la revelación que Jesús ya le había dado y también la que iba a recibir. El versículo 19 es clave porque indica la división triple del libro de Apocalipsis.

C. La explicación de un misterio

Jesús explicó el significado de las siete estrellas y los siete candeleros de oro. Las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias. La palabra ángel significa "mensajero". Es probable que estos mensajeros sean los pastores de las iglesias. Como esto no se indica explícitamente, algunos eruditos de la Biblia consideran los ángeles como los asignados a las iglesias. Pueden aun ser mensajeros enviados a Juan desde las iglesias, que volverían con el libro de Apocalipsis.

Sin darle importancia al significado, preciso de las estrellas mismas, el mensaje general de Apocalipsis 1:20 es de mucho ánimo para el creyente.

La relación íntima de Cristo con su Iglesia se presenta claramente. Está bajo su dirección y protección. Al considerar la visión que Juan tuvo de Cristo, la fe puede crecer por su continua presencia en la vida. Aunque no la ve el creyente, la gloria de Cristo que Juan vio obra en él. Puede enfrentarse a cada día con esa fuerza divina y mirar hacia adelante al día cuando también verá a su Salvador cara a cara.

Aplicación

El libro de Apocalipsis empieza enfocándose a Jesús, y el primer capítulo termina con una comisión y una explicación de la verdad. Siempre se debe pensar que Jesús es la figura central del plan profético de Dios; por eso, hay que darle el primer lugar en la vida y el testimonio. Así como El es el testigo fiel, el creyente necesita buscar el poder del Espíritu Santo para que sea también su testigo fiel a todo el mundo (Hechos 1:8).

Puesto que Jesús es el primogénito de entre los muertos y heredero del trono, sus discípulos también son herederos de Dios y coherederos con El (Romanos 8:17). Su resurrección garantiza la victoria sobre la muerte. Los que se identifican con El, resucitan y se sientan en lugares celestiales con El (Efesios 2:6). Así que hay que buscar "las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios," poniendo el afecto y los deseos "en las cosas de arriba, no en las de la tierra" (Colosenses 3:1,2).

Como los pecados del creyente se han lavado en su sangre, llega a ser rey y sacerdote para Dios, puede interceder por otros y ganar victorias para Cristo y su Iglesia. Uno tiene que ver a Jesús como es hoy, es decir, triunfante e intercediendo por todos.

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